lunes, 27 de diciembre de 2010

ETAPAS EN EL CAMINO DE LA VIDA

Una interesante recopilación del pensador danés Kierkegaard que enfatiza la vida en tres etapas o "fases". Las cuales llegaron a mis oídos en el acto de mi querida abuela por una de sus ex profesoras.

"La teoría de Kierkegaard sobre las tres fases en el camino de la vida.
opinaba que existen tres actitudes vi­tales diferentes. Él utiliza la palabra fases y las llama «fase estética», «fase ética» y «fase religiosa». Utiliza la palabra «fase» para marcar que se puede vivir en las fases inferiores y de pronto dar el salto» hasta una fase superior. Pero mu­cha gente vive en la misma fase toda la vida.
Quien vive en la fase estética vive el momento y busca en todo momento conseguir el placer. Lo que es bueno es lo que es hermoso, bello o grato. En ese aspecto se vive totalmente en el mundo de los sentidos. El estético se convierte en un juguete de sus propios placeres y esta­dos de ánimo. Lo negativo es lo «aburrido», lo «pesado».
Uno que vive en la fase estética puede llegar a sen­tir pronto angustia y vacío. Pero en ese caso también hay esperanza. Según Kierkegaard la angustia es algo casi posi­tivo. Es una expresión de que uno se encuentra en una «si­tuación existencial». Ahora el estético puede optar por dar el gran «salto» hasta una fase superior. Pero o sucede o no sucede. No sirve de nada estar a punto de saltar si no se hace del todo. Aquí se trata de un «o lo uno o lo otro». Pero nadie puede dar el salto por ti. Tú mismo tienes que elegir.
Al describir esta «categoría de la deci­sión» Kierkegaard nos recuerda a Sócrates, que señaló que todo verdadero conocimiento viene desde dentro. También la elección que conduce a que un ser humano salte de una actitud vital estética a una actitud vital ética o religiosa tiene que surgir desde dentro.
La fase étíca, la cual se caracteriza por la seriedad y eleccio­nes consecuentes según criterios morales. Esta actitud ante la vida puede recordar a la ética del deber de Kant. Se in­tenta vivir de acuerdo con la ley moral. Igual que Kant, Kierkegaard pone su atención ante todo en la disposición mental de la persona. Lo esencial no es exactamente lo que uno opina que es lo correcto y lo que uno opina que es malo. Lo esencial es que uno elija tener una actitud ante lo que es «correcto o equivocado». Lo único que le interesa al estético es si una cosa es «divertida o aburrida».
Según Kierkegaard tampoco la «fase ética» es la más satisfactoria. También en la fase ética puede uno llegar a aburrirse de ser tan cumplidor y nunucioso. Muchas personas, cuando se hacen mayores, llegan a ex­perimentar una gran sensación de cansancio. Algunos pue­den volver a caer en la vida de juego de la fase estética. Pero algunos dan un nuevo salto hasta la fase religiosa, al­canzando así «la profundidad de 70.000 fanegas» de la fe. Eligen la fe ante el placer estético y los deberes de la razón. Y aunque puede ser «terrible caer en las manos del Dios Vivo»., como expresa Kierkegaard, es cuando por fin el ser humano encuentra la conciliación."

 


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