Dejar ir relaciones que ya no nos sirven a un propósito en
nuestras vidas es uno de los aspectos del cambio con el que todos hemos estado
luchando. Muchos clientes me hablan de la tristeza que sienten cuando un amigo
o compañero sale de sus vidas inesperadamente, con frecuencia antes de que
estén listos para dejarlos ir.
Mientras que podemos reconocer, desde una
perspectiva espiritual, que ellos han servido a su propósito y que tenemos una
confirmación de que nuestras vibraciones energéticas han cambiado, debemos
tratar con el aspecto material o humano de dejar ir y seguir con nuestras
vidas. Y eso puede ser duro.
Dependiendo del tipo de relación que tengamos con alguien,
su desaparición de nuestra vida puede dejar un espacio notable. Si es una
relación romántica, de repente estamos solos y sin el compañero con el que
pensamos que estaríamos. Nuestros planes para nuestro futuro ahora pueden ser
muy diferentes. Si es un amigo, ya no tenemos a alguien con quien compartir
nuestros pensamientos y en quien confiar. Sin importar qué tipo de relación
tengamos, cada una que finaliza es un recordatorio de que nuestra elección de
tomar un camino espiritual puede significar que con frecuencia caminaremos
solos nuestro camino.
Entonces, ¿cómo dejar ir y seguir con nuestras vidas cuando
no nos sentimos listos para hacer eso? ¿Cómo reconciliamos nuestra necesidad de
estar con alguien cuando su elección es no estar con nosotros? Podemos comenzar
no tomándolo personalmente y dándonos cuenta de que a un nivel energético ya no
nos conectamos de la misma forma. Cada relación tiene un aspecto de sanación
para ello y cuando la sanación ocurre y viejas heridas y deudas kármicas son
cerradas tanto la energía como la razón de la relación cambian.
Ahora puede
terminar y seguir en otra dirección. Cuando dejamos ir y avanzamos, nos
permitimos a nosotros mismos y a los demás encontrar nuevas formas de ser.
Mientras que puede ser el final de esta relación, puede ser el comienzo de algo
nuevo, ya sea con esa persona o con alguien más.
Cuando nos permitimos dar cierre, lo cual significa dejar ir
y avanzar, reconocemos nuestro crecimiento espiritual y sanación.
¿Qué vamos a
recordar de nuestras viejas relaciones? Podemos recordar la alegría y los
buenos tiempos y mantenerlos en nuestro corazón. El resto simplemente podemos
dejarlo ir y saber que avanzar en nuestro camino abre oportunidades para que
nos conectemos con almas más similares que comparten nuestras vibraciones
energéticas y que están más afinadas con nuestro propósito del alma y vida.
Cualquier relación que termina en este tiempo tiene un mensaje de crecimiento y
sanación para nosotros, un final de lo viejo y una oportunidad para que lo
nuevo comience. Nuestras vidas estarán llenas con nuevos comienzos en este
tiempo y podemos aprender a aceptarlos con gracia y entendimiento y atravesar
la puerta hacia nuestro cielo en la tierra.
Buen Humor
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