"Solo cuando podemos expresar el dolor,
cuando lo gastamos, cuando lo reconocemos,
es que el dolor empieza a sanarse.
Solo cuando lo atravesamos es que lo curamos."
¿Cómo hacer para borrar de nuestra mente ese momentos, esas imágenes que se repiten una y otra vez?
Pareciera ser que los recuerdos feos quedan grabados en nuestra mente, marcados a fuego, regresan una y otra vez para causarnos más dolor del que ya tenemos.
Con los recuerdos lindos, con los buenos momentos no sucede lo mismo. Ellos quedan marcados en nuestra mente, pero no se repiten intensamente, somos nosotros mismos quienes decidimos traerlos a nuestro presente.
Por ello:
A cada dolor, a cada tristeza, necesitamos añadirle una foto linda, un recuerdo feliz. Esto no quiere decir que debemos negar el dolor y repetirnos: "No me tengo que acordar, no me tengo que acordar más", si no permitirnos el dolor, ese recuerdo triste, pero a ese momento que vuelve a la mente podemos agregarle la foto de aquel momento feliz que pasamos con esa persona que hoy no esta.
Significa "voy a pensar en ese recuerdo triste, pero también voy a ser capaz de ver algo bueno en medio de este momento tan díficil".
Las personas que atraviesan un proceso de dolor tan intenso se animan a arriesgarse mucho más: se dan cuenta de que uno se arrepiente más por aquello que no hizo que por lo que hizo.
Extraido de "Heridas Emocionales" de Bernardo Stamateas.
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