domingo, 28 de abril de 2013

Para liberarte de los malos recuerdos, remordimientos y resentimientos

  A veces, descubrimos que no estamos en paz con nosotros mismos, que hay cosas que no podemos perdonar del todo, que hay errores cometidos que todavía no hemos digerido.

  Cuando menos lo esperamos, reaparecen en nuestro interior recuerdos de cosas que hicimos o dijimos en el pasado; y sufrimos por habernos equivocado, y nos duele haber quedado mal ante los demás.

  También, en algunas ocasiones, nos atormentan recuerdos de malas experiencias que hemos tenido. Quisiéramos olvidarlas, pero cuando no nos damos cuenta, en la cama o en un momento de soledad, vuelven a aparecer esas sombras.

  Otras veces, se nos hace un nudo en la garganta porque recordamos a las personas que nos han hecho daño, nos han fallado, nos han humillado, y en el fondo, necesitamos que de alguna manera paguen por lo que han hecho. O nos culpamos a nosotros mismos por lo que hemos sufrido y nos despreciamos interiormente.

  Todas estas cosas son como venenos interiores que no nos dejan disfrutar de la vida y que empañan nuestra alegría.

  Vale la pena que nos detengamos a enfrentar esos "demonios" que nos atacan, para poder alcanzar una vida más sana y más libre.

Reconciliarte con tu pasado y estar en paz con tus recuerdos

  No podemos pretender ignorar el pasado y decir que no existe. Es cierto que lo que sucedió ya pasó, y que sólo existe el momento presente. Pero nadie puede negar que el pasado se nos ha metido adentro, y que suele hacernos daño a través de los malos recuerdos.

  Las cosas que nos han hecho sufrir perduran en la memoria; no sólo en la mente, si no, también, en la memoria de la piel, de los músculos y del corazón.

  Porque la piel y los músculos tienen una memoria propia. Por eso, al que tuvo un accidente se le recomienda que no deje de realizar la misma actividad que hacía cuando se accidentó, para que el trauma no se grabe aún más en la memoria corporal.

Víctor Manuel Fernández.

jueves, 25 de abril de 2013

Tal vez...


Tal vez envejezca demasiado rápido. Pero lucharé para que cada día haya valido la pena.

Tal vez  sufra innumerables desilusiones en el correr de mi vida. Pero haré que ellas pierdan importancia ante los gestos de amor que encuentre.

Tal vez  no tenga fuerzas para realizar todos mis ideales. Pero jamás me consideraré derrotado.

Tal vez en algún instante yo sufra una terrible caída. Pero no quedaré por mucho tiempo mirando hacia el suelo.

Tal vez un día el sol deje de brillar. Pero entonces me iré a bañar en la lluvia.

Tal vez un día sufra alguna injusticia. Pero jamas asumiré el papel de víctima.

Tal vez tenga que enfrentar algunos enemigos. Pero tendré humildad para aceptar las manos que se extenderán en dirección mía.

Tal vez una de esas noches frías  derrame muchas lágrimas. Pero no me avergonzaré por ese gesto.

Tal vez sea engañado innumerables veces. Pero no dejaré de creer que en algún lugar alguien merece mi confianza.



Tal vez con el tiempo yo perciba que cometí grandes errores. Pero no desistiré de continuar mi camino.

Tal vez con el correr de los años pierda grandes amistades. Pero aprenderé que aquellos que realmente son mis verdaderos amigos, nunca estarán perdidos.

Tal vez algunas personas deseen mal para mí. Pero continuaré plantando la semilla de la fraternidad por donde sea que pase.

Tal vez  quede triste al concluir que no consigo seguir el ritmo de la música. Pero entonces, trataré que la música siga el compás de mis pasos.

Tal vez nunca consiga ver un arco iris. Pero aprenderé a diseñar uno, aunque solo sea dentro de mi corazón.

Tal vez hoy  me sienta débil  Pero mañana recomenzaré de nuevo, aún si es de una manera diferente.

Tal vez no aprenda todas las lecciones necesarias. Pero tendré la conciencia que las verdaderas enseñanzas ya están grabadas en mi alma.

Tal vez  me deprima por no ser capaz de saber la letra de aquella música. Pero quedaré feliz con las otras capacidades que poseo.

Tal vez la voluntad de abandonar todo se vuelva mi compañera. Pero en vez de huir, correré tras aquello que anhelo.

Tal vez no tenga motivos para grandes celebraciones. Pero no me dejaré de alegrar con las pequeñas conquistas.

Tal vez  no sea exactamente quien me gustaría ser. Pero pasaré a admirar quien soy.

Porque al final sabré que, aun con incontables dudas, soy capaz de construir una vida mejor.

Y si aún no me convencí de eso, es porque como dice aquel dicho :
“todavía no llega el fin”

Porque al final no habrá ningún “talvez” 
y si la certeza... de que mi vida valió la pena y que yo hice lo mejor que podía.


Autor desconocido

lunes, 1 de abril de 2013

Distancia


Existe una distancia incalculable
que no se mide en horas ni en pulgadas
ni en millas ni en semestres ni en tamaños
lejos y cerca son casi lo mismo
y es la frágil distancia del amor.

En ese territorio que es del alma
la nostalgia está lejos y nos mide
el tacto es un placer de cercanías.

En extraños azares sin embargo
la nostalgia del tacto se inaugura
y entonces la distancia es sólo un punto
el punto del amor, ese infalible.

Mario Benedetti. 

Ama y haz que te amen

Explican los filósofos que hay tres tipos de amor. Eros o pasión es aquel sentimiento que vivimos muchas veces y que siempre confundimos con el verdadero amor. No logramos estar lejos de la persona amada, como si nuestra existencia dependiera de ella. Nuestros celos son mortales, pues el otro es más una posesión que un ser amado. Este sentimiento es perjudicial para nosotros y para los demás y se asemeja a una fiebre alta, durante la cual sólo deliramos sin ver la realidad.

Otro tipo de amor es la Filias o amistad. En este amor ns alegramos de que la persona exista. Queremos siempre su bien, aunque sea duro para nosotros. Es un tipo de amor incondicional, como el de la madre hacia su hijo, y es el amor de las verdaderas parejas.

El verdadero amor, aquel amor de Dios y de los santos se llama ágape, y se traduce como "caridad". Este amor es para nosotros muy difícil de lograr. Es el amor que ama al enemigo, como enseñó Jesús. Para nosotros queda la idea de un amor siempre incondicional, que busca acercarse a la caridad y distanciarse de la pasión. Así nos liberaremos de todas las reglas, porque quien ama actúa mucho más allá y mejor de lo que las reglas determinan.

Carmen Seib.